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Mostrando las entradas de marzo, 2023
" Donde No Hay Imaginación No Hay Terror " Conan Arthur Doyle ¡Bienvenidos a este blog! (Espero que se asusten)

El Niño "Nachito"

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  S egún los residentes de Jalisco en Guadalajara, México, Ignacio Torres Altamirano, conocido como Nachito, nació con fobia a la oscuridad y no podía dormir por las noches salvo que le colocaran antorchas en su recámara. Pero en una ocasión las luces se apagaron y al pequeño le dio un infarto fulminante. La muerte ocurrió el 24 de mayo de 1882 y fue la madre quien se dio cuenta del deceso, reseña la revista Muy Interesante. Pero lo más insólito ocurrió después. Nachito fue enterrado en el panteón de Belén en Jalisco y al día siguiente apareció fuera de la tumba. Luego de avisar a las autoridades ya los padres del niño, el sepulturero lo volvió a enterrar. Pero, al día siguiente, nuevamente halló el ataúd fuera de la tumba. El hecho se repitió durante 10 días, según la narración del Diario de León. Entonces la gente empezó a comentar que Nachito tenía “mal del diablo” o que la tierra no lo quería, así como también hubo quien dijo que el niño no podía descansar en paz por la oscuridad.

El vampiro del panteón de Belén

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  D urante el siglo XVIII llegó a Guadalajara don Jorge, un europeo llamó la atención de los residentes debido a sus costumbres extrañas, ya que gustaba de vestir de negro y pasear solo por las noches, además de que era poco sociable, aunque, dicen, muy educado. Al mismo tiempo de su llegada, comenzó a suceder un fenómeno muy extraño en los alrededores de la hacienda que compró: los animales de ganado, como las vacas y las chivas, amanecían muertos, desagrados, pero sin signos de violencia. Después, cuerpos de niños y doncellas también comenzaron a aparecer en los alrededores de la hacienda, con los mismos signos que tienen los animales. Así que los habitantes de Guadalajara se pusieron de acuerdo para dar caza al asesino. Una noche, los gritos de una joven atrajeron a los pobladores, quienes encontraron a don Jorge prensado al cuello de su víctima y lo persiguieron hasta lograr atraparlo. Luego, lo llevaron al Panteón de Belén en donde le clavaron una estaca de madera en el corazón, m

La isla de las muñecas

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S e dice que un comerciante de esta zona, conocido como “Don Julián” en uno de los recorridos en su chinampa se percató de que en la orilla del lago yacía el cuerpo de una niña. Desesperado, trató de reanimarla en múltiples intentos que resultaron inservibles, pues la pequeña ya había perdido la vida. Luego de este suceso, Don Julián se sentía constantemente intranquilo y atormentado, lo que lo hacía asegurar que el espíritu de la niña se encontraba atrapado en su chinampa. Preocupado por encontrar una solución, al hombre se le ocurrió colgar un par de muñecas para intentar ahuyentar las energías. Conforme pasaba el tiempo, Don Julián comenzó a recoger todas las muñecas que encontró a su paso y recorridos, las mismas que colgaba en la isla , hasta convertirla en el sitio que hoy en día conocemos. Es decir, una pequeña chinampa que en teoría podría recorrerse en 10 minutos, pero que se encuentra repleta de cientos de muñecas con aspecto tétrico; la mayoría están rotas, sucias o despeina

La leyenda de la llorona

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E n las altas horas de la noche, cuando todo parece dormido y sólo se escuchan los gritos rudos con que los boyeros avivan la marcha lenta de sus animales, dicen los campesinos que allá, por el río, alejándose y acercándose con intervalos, deteniéndose en los frescos remansos que sirven de aguada a los bueyes y caballos de las cercanías, una voz lastimera llama la atención de los viajeros.  Es una voz de mujer que solloza, que vaga por las márgenes del río buscando algo, algo que ha perdido y que no hallará jamás. Atemoriza a los chicuelos que han oído, contada por los labios marchitos de la abuela, la historia enternecedora de aquella mujer que vive en los potreros, interrumpiendo el silencio de la noche con su gemido eterno.  Era una pobre campesina cuya adolescencia se había deslizado en medio de la tranquilidad escuchando con agrado los pajarillos que se columpiaban alegres en las ramas de los higuerones. Abandonaba su lecho cuando el canto del gallo anunciaba la aurora, y se dirig

El carretón de la muerte

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D espués de un largo y arduo día de trabajo en el campo, Mario se dirigió a su casa en la ciudad. Ya casi anochecía y caminaba de prisa. Poco antes de llegar a su casa escuchó el sonido de un carruaje muy cerca, lo que era muy normal en aquella época. Pero este sonido era diferente, sentía mucho temor. Corrió y se escondió en el parque, detrás de los árboles. Sin darse cuenta, Mario pasó la noche en el parque. De repente, despertó por el frío que sintió y grabó lo ocurrido la noche anterior. En ese momento pensó que temerle a un carruaje había sido algo absurdo. Se levantó y fue a su casa. Los días pasaron y Mario no pudo olvidar lo ocurrido, así que tuvo que contárselo a un amigo. Al escucharlo el amigo también le compartió lo que contaba la gente al respecto. Dicen que por las noches se escuchaba a un carruaje ir a toda velocidad y que iba recogiendo a la gente que moría, era conocido como El Carruaje de la Muerte. Mario no se quedó tranquilo y junto con su amigo decidir esperar esa